Una empresa es sin duda alguna un ámbito de racionalidad económica y social y como tal una estructura productiva que configurada por medios humanos, técnicos y económicos, resulta absolutamente imprescindible en cualquier esquema institucional. De ahí, la enorme importancia y la necesidad, de su clarificación conceptual y del reconocimiento implícito de sus valores, como entidad con personalidad propia; evitando los habituales intentos de conducción a través de ingerencias de intereses circunstanciales; casi siempre cercenadores de sus virtudes y de su verdadera visión de grandeza social. Para ello, es necesario entender el valor real de la empresa, visualizada en su autentico ámbito resultado de todo un proceso de esfuerzos personales organizados, de creatividad constante en toda su historia, de una claridad de ideas procedentes de multitud de ilusiones convergentes en un mismo proyecto de futuro, para la empresa y sus componentes; que conducido mediante principios de ética y de aceptación de los riesgos inherentes a todos los procesos de creación de riqueza, configuran la visión de un horizonte concordante, con la vocación y determinación de participar en la actividad económica de su entorno, y obtener resultados que reviertan beneficiosamente a la sociedad. Concibiendo el trabajo intelectual de dirección de una empresa, mediante la asunción de unos principios morales básicos, como filosofía cualitativa interna no meramente formal, todos nosotros impulsamos el caminar de Dí“RICA EMPRESA CONSTRUCTORA S.A. participando en el impulso hacia una efectiva evolución socioeconómica de la realidad presente, aglutinando ideas, ilusiones, esfuerzos y deseos, para desde esas convicciones y valores propios, servir responsablemente a las demandas de la sociedad. Por eso estamos y pretendemos seguir estando; por eso hemos abierto nuestras alas y hemos pedido al aire que nos lleve; por eso hemos arrojado al exterior las dudas sobre nuestros límites y en definitiva, por ese futuro trabajamos concienzudamente, convencidos de que se inicia en cada instante del presente, permitiéndonos experimentar nuestra pirámide motivacional con estar y servir. Así en nuestro caso, hemos pretendido y esperamos haber sabido crecer en la adversidad, navegar en la tormenta y perseverar en nuestra libertad, anhelando el éxito resultado de nuestros esfuerzos, exclusivamente como objetivo de la necesaria nutrición empresarial para sembrar, recoger y verter en el bienestar general que sinceramente deseamos. Por nuestra parte continuaremos trabajando por consolidar esta nuestra sólida realidad; intentando conseguir la superación de las incomprensiones hacia las empresas, el reconocimiento y la aceptación de su legitimidad y de sus valores como entidades necesarias útiles, imprescindibles; y en consecuencia positivas. Un saludo y gracias a todos. El Equipo Humano de Dí“RICA
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